Cuidar de la alimentación del niño es fundamental para su desarrollo, además de que previene diversas enfermedades relacionadas con la retención de grasas. Pero no solo la salud general del niño merece atención. No comer de forma correcta puede afectar también la salud bucal de los pequeños.

Dado que come con más frecuencia, el niño obeso tiene más tendencia caries y gingivitis. Por eso es necesario redoblar el cuidado con el consumo de alimentos con sacarosa, como galletas, tortas, dulces, etc., comer fuera de hora eleva el pH de la saliva y de la placa y las deja más ácidas, ambiente propicio para el surgimiento de caries. Por ello, ordenar los horarios de las comidas es tan importante como cambiar el menú para el niño con sobrepeso.

Tanto la salud general como la bucal del niño se verán beneficiadas con el consumo de frutas y verduras y con la ingesta controlada de dulces.

La obesidad infantil, además, puede favorecer la aparición de enfermedades relacionadas con las encías, como la gingivitis, ya que en esos casos se crea placa bacteriana capaz de promover inflamaciones en el lugar. Y se corre el riesgo de pasar a una etapa más grave: la enfermedad periodontal, debido a las alteraciones hormonales, como el aumento de la glucosa en sangre, se puede generar diabetes tipo 2.

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